Enunciado general.
La ciudad de Bilbao inauguró una época de la cultura arquitectónica contemporánea hoy clausurada. En febrero de 1991 comenzaron las negociaciones entre las autoridades políticas vascas y la Fundación Solomon R. Guggenheim, culminadas con la inauguración del museo de Frank Gehry en octubre de 1997. Esta obra maestra de Gehry marcó una estrategia seguida por multitud de ciudades posteriormente. La industria naval y portuaria de Bilbao fue desplazada fuera de la Ría y la ciudad experimentó una transformación urbana radical que le confirió una nueva identidad y una nueva forma. Sin embargo, la península de Zorrotzaurre quedó fuera de esta operación porque llegó sistemáticamente tarde a todo.
La Ribera de Deusto, o Zorrotzaurre, fue un ejemplo tardío y anómalo de presencia de la actividad hortícola en una ciudad industrial como Bilbao, apenas a unos cientos de metros de distancia al norte de los potentes astilleros de Euskalduna, fundados en 1900, y al sur de los Altos Hornos de Vizcaya, en 1902. Entre estas dos enormes infraestructuras industriales, la llamada anteiglesia de Deusto, hoy Zorrotzaurre, mantenía activos caseríos y huertos, a la vez que pequeñas y medianas industrias no especializadas y viviendas en su ribera. La condición artificial de isla, de otredad y de singularidad estuvo presente en Zorrotzaurre mucho antes de que se abriera el Canal de Deusto en 1968, de nuevo tarde y a destiempo, en una operación nunca culminada hasta hoy de mejora de la navegabilidad de la Ría, justo cuando menos necesario es, hoy ya no circulan barcos por ese canal.
La isla de Zorrotzaurre es un lugar estratégico de casi 65 hectáreas y apenas 500 habitantes fijos caracterizado por la incertidumbre, algo que los más recientes planes urbanísticos han intentado cambiar, buscando normalizar su condición de “isla extraña” para absorberla en la ciudad consolidada, sin éxito hasta el momento. El Plan Territorial de 1992 la concibió como un gran parque infraestructural o charnela de movilidad, con una espina de circulación central, grandes reservas verdes y torres de vivienda aisladas en las dos riberas. El de finales de los 90 como una ampliación del ensanche burgués de Bilbao. El más reciente, redactado en 2004 por Zaha Hadid y revisado en 2007, retoma la normalización tras su aspecto de diseño vanguardista, incluso más que todos los anteriores, al aumentar drásticamente la previsión de población hasta 15000 habitantes con unas 5500 nuevas viviendas en una promoción público-privada al 50% que descansa sobre el modelo de “ciudad creativa” popularizado por Richard Florida y en desprestigio desde hace años. Ese llegar tarde al modelo de ciudad creativa ha permitido prolongar la condición de Zorrotzaurre como posible laboratorio urbano de gran escala, ya que sigue a la espera de convertirse en algo definido desde el punto de vista urbano.
En la actualidad las autoridades políticas mantienen la posibilidad del plan de Zaha Hadid como gran proyecto, pero conscientes del contenido demagógico que el paso del tiempo imprime a esta gran operación de crecimiento urbano, durante los últimos años se han realizado inversiones financiadas por la Unión Europea para mantener la dignidad del impase en que se encuentra Zorrotzaurre. Estas inversiones se han dedicado a tres objetivos mayoritarios. El primero ha sido la culminación del Canal de Deusto, inacabado desde la inauguración de 1968 hasta hoy mismo en 2019, junto a la demolición masiva de industrias desafectadas y de una parte del parque de vivienda abandonada y de escaso valor patrimonial. Esta primera línea de intervenciones va en la dirección de preparar el terreno, literal y figuradamente, para la implementación del plan urbano en un futuro cada vez más incierto. El segundo objetivo ha sido la rehabilitación, consolidación e incluso restauración de una parte considerable de la vivienda de la ribera y de los escasos equipamientos existentes, con la clara intención de construir la identidad del lugar, tan artificial como políticamente rentable, e incorporarla como valor mercantil al plan urbano. Finalmente, el tercer objetivo ha sido la introducción de las llamadas economías creativas digitales, completamente subvencionadas y estrictamente controladas en ámbitos muy bien delimitados a todos los niveles. En conjunto, la línea de intervenciones e inversiones no parece traslucir visión urbana de conjunto alguna, sino un mero estado de transitoriedad de enorme fragilidad. Es esta condición tan inestable la que hace de Zorrotzaurre una auténtica oportunidad para proponer alternativas radicales a su normalización, sea como mero ensanche, nudo habitado de comunicación o ciudad creativa hípster.
Desde el GrupoTallerUAH proponemos la consideración de visiones más complejas, actuales y polémicas, que aumenten el espectro de la actividad urbana más allá de la patrimonialización, la hipsterización o la mera industria del lujo urbano que caracteriza al posturbanismo global actual. Investigar la condición de “isla extraña” de Zorrotzaurre, su decalaje histórico, su ausencia de identidad y su dimensión canónicamente productiva, ligada tanto al mar y el agua como a la tierra y el cultivo, será el objetivo de este curso de proyectos arquitectónicos. Trabajaremos con todas las escalas distribuidas en todos los cursos del Grado en Fundamentos de Arquitectura y Máster en Arquitectura, a partir de la relación dialéctica que nos ofrece el ecoactivismo versus las economías creativas como principal motor programático. A partir de esta primera premisa general, cada curso investigará temas parciales, tales como el borde y las comunicaciones, la identidad urbana y su implementación en la vivienda, o la actividad productiva del mar y la tierra. En conjunto, se trabajará sobre presupuestos ecosistémicos que contrarresten tanto el capitalismo verde como la tendencia a la financiarización del patrimonio cultural material e inmaterial.
Grupos y profesores
Proyectos 1: Javier Fresneda, Francisco García Triviño y Eduardo Belzunce
Proyectos 2: Fernando Quesada y Francisco García Triviño
Proyectos 3: Idoia Otegui y Fernando Quesada
Proyectos 4: Idoia Otegui y Clara Murado
Proyectos 5: Eduardo Belzunce, Clara Murado, Francisco García Triviño y Ángel Verdasco
Proyectos 6: Ángel Verdasco
Proyectos 7: Manuel Collado y Javier Fresneda
Máster Habilitante: Manuel Collado, Fernando Quesada y Ángel Verdasco