Grupo Francisco García Triviño
El proyecto parte del entendimiento de la Finca de Vista Alegre como un lugar vacío de actividad, un lugar en desuso debido a la superposición de trazas que lo han convertido en lo que es actualmente. Por ello, desde un primer momento se intentó suprimir esas trazas para poder generar en el mismo lugar, una nueva capa de diferentes actividades que permitiese activar el conjunto de nuevo.
El programa integrado puede dividirse en tres bloques: el que se encuentra más ligado a la actividad del conservatorio de música, apareciendo salas de ensayo, auditorios de pequeña escala y aulas; por otro lado, los programas de impacto más débiles, que contienen áreas de ocio y descanso; por último, el programa que corresponde a los espacios intermedios, como son la cubierta, que se extiende a todo el área de actuación, o los nuevos recorridos que funcionan como zonas de tránsito y conexión.
El híbrido desarrollado proviene de la combinación de estos tres programas de gran tamaño que modifican la topografía, generando nuevos recorridos, y albergando el programa para los diferentes usuarios habituales.